¿Dropqué? Dropshipping, de eso va este artículo.
Ya sabéis que soy muy amiga del comercio electrónico, sobre todo cuando es un complemento a una tienda física.
Aunque el público del comercio tradicional esté disminuyendo claramente, aún quedamos nostálgicos a los que nos gusta ir de tiendas. Charlar con el dependiente, dejarnos asesorar…
Pero el ritmo de vida actual hace que, en muchas ocasiones, dedicar horas para ir de compras sea difícil. Primero fueron los centros comerciales, con sus amplios horarios de apertura, que permitían comprar de todo en un solo reciento. Y después llegó el comercio electrónico que permite comprar cómodamente desde casa, en cualquier momento y que te lo traigan a casa.
Y ante eso es difícil resistirse.
¿Qué nos depara el futuro?
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Como vendedores deberíamos intentar aceptar esta nueva situación que estamos viviendo. Un cambio social, de costumbres, de maneras de vivir que hace que cada vez los consumidores lo queramos todo al momento y a golpe de clic.
Ya lo dije en Facebook hace unos días: no podemos cerrar los ojos ante esta situación, aunque nos duela. Negar que el comercio online existe y que es nuestra competencia no sirve para nada. Quizá solo para autoengañarnos.
Y no quiero que este artículo sea catastrofista y negativo. Porque yo, como millones de españoles, sigo yendo de compras. Pero también compro online.
¿QUÉ ES EL “DROPSHIPPING”? ¿CÓMO FUNCIONA?
Esta palabra inglesa significa “triangulación de envíos” pero nunca la verás traducida al español, así que más vale que te acostumbres.
El dropshipping puede ser una buena idea si tienes una tienda física y quieres complementarla con una tienda online. ¿Por qué? Porque te permite no tener que tener en tu almacén un stock infinito.
¿CÓMO FUNCIONA EL DROPSHIPPING?
A grandes rasgos, el dropshipping consiste en que tu vendes en tu tienda online productos que no tienes, si no que los tiene tu proveedor. Tu cliente compra en tu tienda online pero tu no tienes que enviar, de eso se encarga el proveedor.
No todos los proveedores hacen dropshipping porque no todos quieren asumir el trabajo que supone empaquetar un producto y enviarlo, pero cada vez son más las marcas lo realizan. Ya que de esta manera ven aumentadas sus ventas.
¿ES TODO DE COLOR DE ROSA?
Lógicamente, no.
Primero tienes que negociar con tu proveedor qué porcentaje vas a pagar por cada producto vendido, ya que ellos tienen que hacerse cargo del envío.
Además, tienes que tener mucha confianza con tu proveedor ya que el producto no va a pasar por tus manos y no sabes a ciencia cierta cómo es.
El control del inventario tiene que ser exhaustivo, porque tu proveedor estará trabajando con otras tiendas y el movimiento puede ser muy alto. Ya no se trata de que en tu tienda física tengas 10 pantalones y vendas 6 en un día. Los números son mucho mayores.
Si haces dropshipping con diferentes proveedores y un cliente compra productos de varios de ellos, no puedes repercutirle esos gastos de envío.
Si tu proveedor comete un error, eres tu quien debes dar la cara. El cliente te ha comprado a ti, no a tu proveedor. Y no puedes olvidar lo vital que es la atención al cliente en el comercio online.
ENTONCES, ¿MERECE LA PENA O NO?
Si tienes proveedores de confianza que hacen dropshipping (quizá tus proveedores actuales lo hacen) tienes mucho camino andado. A tu proveedor tampoco le conviene darte un mal servicio porque él también gana con esta manera de vender.
Si estás pensando en lanzar una tienda online pero no sabes de dónde sacar tiempo para preparar y enviar los pedidos, es una buena idea. Aunque tengas un producto en tu tienda física puedes elegir no enviarlo directamente si no hacerlo a través de tu proveedor.
¿Qué te parece esta opción? ¿La llevarías a la práctica?